Te escribo para que cada letra,
cada espacio entre sonidos
recuerden lo que provoca.
El roce de tu piel contra mi piel.
El desenfreno.
Tus labios contra los míos.
Te escribo para que cada sonido,
cada recuerdo
sea un suspiro.
El roce de tu piel contra mi piel.
La calma.
Mis labios contra los tuyos.
Te escribo para que cada símbolo sea un sonido,
una letra que
lo explica, y no.
El roce de tu piel contra mi piel.