Quizá no lo hagas, fue hace mucho tiempo ya.
Ya no hay inocencia ni dulzura en la palabra.
Solíamos decirnos así pues queríamos acosarnos con la idea del otro, ¿no es cierto?
Sí, tú. Te hablo a ti. Al que rompió mi corazón por rechazar aquella invitación para tomar el té. ¿Estás ahí?
Tú, el que con un beso perpetuó mi perdición.
El que con bromas me deshizo la razón y con tu ironía punzante lastimaste mi interior.
Sí, tú. Te hablo a ti. Al que finge no escuchar.
Lo hiciste ya, hablaba contigo de alguien más. ¿Por qué ahora sería diferente?
Tú, con tu maldita sonrisa.
No sé el motivo por el que no puedo olvidarte.
Quiero hacerlo ya.
Sí, tú, el hostigador de mis ideas. De mi persona.
Sí, tú, el hostigador de un pequeño pasado. De mi memoria.
El hostigador de mi amor.